El sistema de información en una cooperativa agroalimentaria

Uno de los elementos clave en la mejora de la competitividad de una empresa está dentro de los recursos y capacidades de la organización, que en parte y desde el punto de vista estratégico viene dado por la mejora de la tecnología de la información. La mejora de la tecnología de la información pasa por disponer de unas herramientas que nos proporcionen fiabilidad en la información requerida y rapidez en la obtención de datos libres de errores, de forma que permitan tomar decisiones lo más exitosas posibles.

Unas de las áreas más importantes dentro del negocio cooperativo hortofrutícola es el control de materias primas: la fruta y sus características condicionan toda la actividad de la cooperativa, desde el conocimiento de las disponibilidades en campo (cantidad, calidad, tratamientos,…), la entrada y estocaje en la central hortofrutícola (clasificación, calidades, existencias,…), el control del proceso (productividad) y la salida del producto (control de destinos, clientes,…).

Pero más allá del simple control del inventario, que en este caso requiere de unas herramientas más complejas, es indispensable contar con herramientas superiores que permitan optimizar el negocio en su conjunto. Para ello se puede recurrir a herramientas que permitan lograr tratar la información relevante de forma fiable, veraz y funcional, y que conduzca a un cumplimiento de los objetivos de la empresa. Ello se puede lograr con la implantación de un ERP (planificación de los recursos empresariales).

La funcionalidad y selección de un ERP se puede basar en las siguientes premisas:

  1. El proveedor que implanta el ERP debe tener la capacidad de hacer funcionar eficientemente el ERP. De nada sirve disponer de un buen ERP si no se dispone de un servicio con capacidad técnica, conocimientos del negocio y de los procesos suficientes que permitan hacer que el producto sea escalable y cumplir los objetivos que se le asignaron.
  2. La ejecución práctica de un negocio la puede ofrecer quien tiene experiencia. El conocimiento de sistemas no es suficiente, hace falta disponer de personas que conozcan el negocio.
  3. El proveedor debe ser consultor, debe aportar mejores prácticas al negocio. Para ello debe alinear la tecnología y experiencia de negocio con la estrategia de la empresa. El software debe mejorar los procesos de la empresa.
  4. El ERP debe ser escalable, poderse modificar y crecer junto a las necesidades de negocio de la empresa. Las soluciones implementadas deben tener previsto las estrategias futuras de la empresa.
  5. El proveedor del ERP debe tener la capacidad de implementarlo de forma rápida. Las empresas se encuentran en un proceso continuo de cambios y tienen otras tareas más prioritarias y remunerativas que implementar y desarrollar sistemas informáticos.

Autor

Timoteo Garcia

Programador Full Stack, desarrollo web y aplicaciones informáticas. Dirección de empresas agroalimentarias. Ingeniero Industrial. Master en Ingeniería de la Producción (Operaciones). Master en Dirección de Cooperativas Agrarias.

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